Ubicado dentro del predio del
Parque Vortisch, este
laberinto vegetal, con su superficie de 3.100 m2 enmarcados por 1.715 metros lineales de ligustrina, aparece como el
más grande de los existentes en
Sudamérica.
Desafiante, atrayente y pintoresco, el laberinto tienta a recorrer sus numerosas callejuelas intentando hallar la salida. Desde lo alto, un mirador sirve para la satisfacción de quienes, habiendo logrado el objetivo, se deleitan observando la travesía de los que permanecen internos entre el verde de las paredes.
Imperdible a su paso por Montecarlo… es que no puede retirarse sin demostrar su sentido de orientación.